miércoles, 9 de noviembre de 2011

Abuso Sexual Infantil



El abandono terapéutico de las víctimas de violencia sexual: Un problema latinoamericano
Propuestas y metodología de la terapia trifásica género sensitiva


Dra. Gioconda Batres Méndez
Psiquiatra
Experta latinoamericana en el tratamiento de la violencia sexual


Violencia sexual contra las mujeres, niñas y niños
La violencia contra las mujeres, las niñas y los niños en el ámbito doméstico está reconocida como un problema mundial significativo . Por eso su análisis desde la perspectiva de género, es decir, desde el reconocimiento de la existencia de la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, dentro y fuera de la familia, proporciona los elementos necesarios para su comprensión.

La violación, el abuso sexual, la agresión física y el hostigamiento sexual no son problemas distintos, y para entenderlos vale la pena comprender sus interrelaciones.

La sociedad sexista, en la cual las conductas violentas contra las mujeres están inscritas en un sistema de relaciones de poder y subordinación entre los géneros, permite la violencia lograr poder y sexo. De esta manera se reduce a las víctimas a tratos denigrantes, como si fuesen objetos, todo con el propósito de ejercer ese poder.

Además, se invade de terror la vida de las mujeres y los victimarios pueden variar sus estrategias e ir desde el ejercicio sutil de la violencia, hasta el asesinato. Estos hombres destrozan el amor y la confianza en las abusadas, y por supuesto, generan consecuencias difíciles de superar. Valga mencionar también que el desconocimiento de esta realidad siempre conduce a la revictimización.




La terapia género sensitiva
Los aportes hechos por la terapia sensible al género en la práctica terapéutica y a la teoría son innegables. Uno de ellos ha sido precisamente el cuestionamiento de las teorías psicológicas vigentes, tan distanciadas de la vida de las mujeres. La terapia género sensitiva coloca el comportamiento de la mujer en el contexto de la sociedad sexista, y las diferencias de poder en la familia y en la sociedad. Sin embargo, la mujer siempre enfrentará en terapia un gran dilema, “un doble vínculo” que va desde sus necesidades hasta lo que le pide la sociedad. (Batres, 1997).

La terapia género sensitiva tiene como tema central el reconocimiento de que para las mujeres, vivir en una sociedad sexista ha tenido un costo en su salud mental, y que la opresión vivida, basada en el género, la clase y la raza, ha generado grandes problemas en su autoestima y en la falta de poder y autonomía.

Se apoya en la exploración de los recursos internos de las mujeres y en su capacidad para cuidarse y autocurarse. Explora igualmente varios estilos de vida, acepta distintas orientaciones sexuales y estimula la adquisición de destrezas para una vida independiente.



Analiza además las diferencias de poder para ayudar a las mujeres a diferenciar las fuentes (tanto externas como internas) que la angustian, y reconceptualiza los padecimientos para evitar la culpa en las víctimas. Igualmente, esta práctica pretende devolverles ese poder a las mujeres, para que replanteen sus comportamientos, especialmente aquellos que han necesitado utilizar por su desventaja y es nuestro trabajo como profesionales en esta área validar las percepciones de ellas y reducir sus sentimientos de inadecuación.

Este análisis debe mostrar que el poder utilizado contra las mujeres es parte del andamiaje ideológico para mantenerlas en donde están.

Por ese motivo, las (os) terapeutas género sensitivas deben examinar su estilo de vida y sus estereotipos, estar inmersas en un proceso continuo de concienciación y comprometerse con los esfuerzos sociales para lograr la equidad

Muchos paradigmas deben ser removidos para incluir las variaciones de género en el estudio y práctica de la psicoterapia. Y estas modificaciones dependerán de cuánto cambien en la sociedad las inequidades de género y se conciencie que la desigualdad conduce a la violencia.

Los modelos terapéuticos sensibles al género
Dentro del marco teórico de la psicoterapia, coexisten varios modelos terapéuticos. Un modelo es una estructura conceptual que contiene elementos teóricos y técnicos, que intentan explicar cierta área de temas o problemas y que, a la vez, proporciona instrumentos para operar sobre dicha área, con vistas a lograr un cambio (Batres, 2009).



Epistemológicamente se pueden identificar en cada modelo, niveles distintos:

Nivel 1: Fundamentos y cosmovisión:
La teoría género sensitiva hace énfasis en que más allá de las técnicas, lo importante es su filosofía

La orientación género sensitiva se enfoca en la experiencia de la víctima y considera la violencia como una consecuencia lógica de la condición de la mujer en la sociedad. Quien abusa es considerado responsable por sus acciones sin tomar en cuenta el comportamiento de los demás miembros de la familia.

Esta categoría además, permite sacar del terreno biológico lo que determina la diferencia entre los géneros y lo coloca en el terreno simbólico.

Ante esto, la orientación filosófica de la (del) terapeuta es vital para generar las actitudes, valores y posición frente al tratamiento. Para ello:

a) Examina en terapia las contradicciones inherentes al intento individual para resolver conflictos, mientras se vive en un ambiente social que enseña los usos inapropiados del poder y limita el acceso a los recursos basados en el género.

b) Analiza los roles sexuales tradicionales y los roles de poder en las relaciones.

c) Apoya el análisis de la experiencia de discriminación en los procesos dirigidos al cambio.

d) Afirma que los factores socioculturales basados en el género son la fuente de muchas perturbaciones emocionales (Batres, 1994).

Nivel 2: Las técnicas:
Instrumentos que proporcionan e introducen los cambios terapéuticos

Una actitud unidimensional en el abordaje del abuso sexual suele dejar lagunas, especialmente en la comprensión de la etiología social de su ocurrencia que es, en mi experiencia, la dificultad más frecuente entre quienes se han formado en aspectos psicodinámicos puros, o viceversa. En todo caso, el riesgo de este enfoque es no lograr responder a las necesidades de la paciente sino a las exigencias teóricas de las (os) terapeutas.

Por lo tanto, la terapia género sensitiva debe emplear técnicas provenientes de diferentes modelos. Particularmente, han demostrado ser útiles las cognitivo-conductuales, las cuales han sido usadas con éxito en tratamientos de personas traumatizadas. La labor puede realizarse de forma individual o grupal, aunque el tratamiento colectivo y estructurado facilita un proceso con alto nivel de organización y de dirección, el cual permite focalizar el tratamiento hacia las secuelas del abuso (Batres, 2008).

Los tratamientos clásicos para las víctimas de abuso sexual suelen fallar con las personas traumatizadas. Por eso el sistema por fases se considera el enfoque más efectivo, ya que enfatiza el desarrollo de habilidades, la resolución de los recuerdos traumáticos y el proceso para integrar la personalidad. Hay que reconocer en este tema el trabajo pionero de Herman (1992), Courtois (1990), Kluft (1999) y Batres (1997), quienes siguen básicamente el enfoque de Pierre Janet, propuesto hace más de un siglo (Van der Hart, Nijenhuis y Steele, 2008).
(Documento extraído de I congreso internacional universitario géneros, feminismos y diversidades, Heredia, Costa Rica, Junio 20, 2011)



PRESENTACIÓN, ESTABLECIMIENTO DE LAS REGLAS Y DE LA ALIANZA

Guía para la pareja de terapeutas:
La sesión debe efectuarse en un ambiente de calidez y seguridad; la pareja de terapeutas debe expresarse en forma clara, comprensible, respetuosa, según la edad o nivel educativo, desarrollo o capacidad cognitiva.
Con respecto a la pareja de terapeutas, se recomienda que sea un hombre y una mujer. No es recomendable que sean dos hombres, pero sí es posible dos mujeres. Lo anterior por cuanto en la mayoría de los casos el perpetrador ha sido un hombre. El grupo puede ser conducido, si no hay recursos, por una sola terapeuta o por un terapeuta masculino.
Los grupos deben constituirse con niñas(os) del mismo sexo, entre los 7 y 12 años. Los grupos mixtos no son recomendables, ya que el tema de socialización es mejor abordarlo por separado. El número de niñas(os) que se recomienda por grupo es de seis, pero es mejor citar ocho, ya que es común que se retire en las primeras sesiones un tercio de la población citada.
Las tarifas, formas de pago y reglas de la institución, deben ser establecidas con el padre no ofensor, la madre o persona responsable. El horario debe negociarse con la persona que se haga cargo del traslado; también esto debe comunicársele a las(os) niñas(os).

Recomendaciones y Técnicas:
• La pareja de terapeutas debe presentarse y explicar quiénes son, cuál es su trabajo y lo que van a hacer como terapeutas, además proporcionar números telefónicos y explicar al grupo por medio de ejemplos, cuán pueden requerir su ayuda.
• Utilizar una dinámica de presentación que incluya a la pareja de terapeutas, preferiblemente un juego fácil y corto, que no utilice aún contacto físico.
• Explicar con mayor amplitud, en qué consistirá la experiencia que se inicia, sus contenidos y duración.
• Solicitar la participación de las(os) niñas(os) para elaborar conjuntamente las reglas y los límites que ayudarán a mantener el orden durante el proceso. Podemos ser flexibles y negociar con las(os) niñas(os) las opciones que más les agraden. Es recomendable que la (el) terapeuta levante un acta con los acuerdos y reglas tomados en esta sesión y en las siguientes. Pueden anotar los acuerdos en un cartel y mantenerlo a la vista.
• Preguntar sobre lo que piensa del grupo, de lo que ca a pasar en el mismo, lo que pueden lograr, o sea, sus metas. Elaborar un cartel con las reglas y metas para dejarlo en la sala de sesiones, es una buena opción.
• En cuanto a las técnicas a emplear, es bueno tomar en cuenta la preferencia de las(os) niñas(os) por una u otra. Explicar la importancia de que participen en las actividades grupales u que realicen sus tareas.
(Documento extraído del Manual para el tratamiento grupal del incesto y el abuso sexual Infantil de Gioconda Batres)

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