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“Dibs, en busca del Yo”
La terapia centrada en el niño se basa en la premisa que el niño logre superar el conflicto o algún trauma por medio del juego. Como toda terapia, la terapia de juego contiene conceptos las cuales hay que seguir para tener una terapia exitosa. Estos conceptos ayudan a que el paciente se sienta cómodo y por lo tanto se logre formar una alianza terapéutica como primer objetivo de la terapia. El terapeuta debe dejar que el niño escoja el juego que el desee desde la primera sesión hasta la ultima, esto logra que el paciente sienta que la terapia es un lugar donde el es libre de escoger y hacer lo que el quiera sin alguien que lo este juzgando, criticando o diciéndole que hacer, él mismo escoge si el terapeuta juega o no. El niño de esta forma comenzara a proyectar su conflicto por medio del juego, el terapeuta no deberá dirigir el juego del niño sino solo reflejar lo que el niño este diciendo. Reflejando lo que diga el paciente, lograra que él mismo sea consciente de su problema. A la hora que el paciente logre identificar su problema o conflicto, sin necesidad de decírselo, puede lograr disminuir todos los síntomas que este le provocaba ya sea un sentimiento, un comportamiento o características que no tenia como falta de autoestima, falta de apego, etc. Todas estas características las logra adquirir o disminuir por medio de su mismo juego y el reflejo, por parte del terapeuta, en la terapia. La terapia logra finalizar cuando el niño ya muestre una mejoría significativa en lo que parecía haber sido “el motivo de consulta”, y continúe mejorando sin necesidad de la terapia. Como en Dibs, termino la terapia cuando el logro encontrarse a él mismo, o sea su Yo, mejoro su relación con su familia y comenzó a socializar con otros niños; el mismo Dibs realizo que, al contrario del comienzo que no quería irse del cuarto de juegos, ya no era necesario ir a terapia o como el lo decía “El cuarto de juegos” por lo que ya sentía haber superado todos los conflictos que le habían provocado ser infeliz, ya que gracias a terapia logro ser un niño feliz y satisfecho consigo mismo.
Dibs era un niño que sentía miedo ya sea del ambiente que lo rodeaba como también de descubrirse a si mismo. Se sentía sofocado por las conductas de sus padres y sus exigencias hacia él que decidió refugiarse en el silencio y retroceder en su desarrollo convirtiéndose en un ser débil, indefenso y poco autosuficiente hasta llegar a percibirse como un bebé. Veía al mundo como una amenaza, temía a las personas y cuando se sentía amenazado utilizaba la agresión física dirigida hacia los demás pero también hacia si mismo. Dibs se percibía como alguien muy pequeño, enjaulado en un ambiente sofocante en donde su único anhelo era ser libre. Se pasaba las horas en la escuela arrastrándose por todas las esquinas del aula, fingiendo desinterés en las personas y en las actividades que se realizaban. No respondía a ninguna pregunta y no iniciaba ninguna conversación.
Durante el proceso terapéutico encontró el camino hacia la libertad que él tanto deseaba. El cuarto de juego era su único refugio en donde él empezó a descubrir su yo y aprendió a no temerle. Con el tiempo rompió su voto de silencio e inició a utilizar, como herramienta para interactuar, sus habilidades intelectuales como su capacidad asombrosa de leer, escribir y pintar que superaban las capacidades de un niño de su edad. “Su capacidad intelectual se había empleado para probarlo; se había convertido en una barrera y en un refugio contra un mundo que le inspiraba temor. Había sido una conducta defensiva, de autoprotección; había sido su aislamiento” (V. Axline, 1964). Aunque cuando entraba en conflicto emocionalmente regresaba a su conducta inicial y adoptaba el comportamiento de un bebé. Su conducta eran basadas a que “todas las puertas de la aceptación se le habían cerrado y las habían echado llave en contra suya, privándolo del amor, del respeto y la comprensión que tan desesperadamente necesitaba” (V. Axline, 1964).
Luego conforme la terapia continuaba, Dibs inició a crecer; comenzó a interactuar con los demás, iniciaba conversaciones, sonreía y mostraba interés en las actividades de la escuela y de su hogar. Se convirtió en un niño feliz, lleno de energía vital, libre, seguro de si mismo, responsable de sus sentimientos, aprendió a expresar lo que sentía y formó su concepto de ser. Comenzó a referirse a si mismo como Yo y ya no en tercera persona.
“Dibs había llegado a pactar consigo mismo; en su juego simbólico había derramado sus sentimientos lastimados y lacerados, y había emergido con otros, de fuerza y seguridad. Había ido en busca de un Yo que pudiera reclamar para si con orgullosa identidad; ahora empezaba a construir un concepto del Yo que estaba más en armonía con la capacidad que poseía: estaba logrando la integración personal, Había encontrado un sentido de dignidad y de respeto propio” (V. Axline, 1964).
Al final Dibs aprendió a aceptar y respetar a otras personas de su mundo gracias a la confianza y seguridad en si mismo que había encontrado. Ahora Dibs ya no sentía temor por ser él mismo.
Se considera que la terapeuta en este caso, al inició, encontró dificultad por la actitud del niño ante el ambiente que lo rodeaba, en un caso en el cual los padres no se mostraban interesados ante el avance del niño y de cómo este evolucionaria, la terapeuta inicio siendo una persona empática la cual se mostró al margen de la idea de que los padres aceptaran o no la investigación de su hijo, en la cual no se sabría la evolución del caso, la terapeuta intervenía en los momento en los cuales el niño necesitaba ayuda o en los cuales el niño pedía de su ayuda, la terapeuta trabajaba en todo momento a la expectativa y con muchas dudas del comportamiento del niño; pero durante la evolución del caso ella fue respondiendo sus dudas y aclarando muchas incógnitas del silencio e aislamiento del paciente, la terapeuta mostro mucha de sus preguntas muy interesadas e aisladas y precisas en el momento, pero la mayoría de veces solo reflejaba lo que el niño comentaba o necesitaba que fuera comentado. El trabajo del terapeuta en este tipo de terapia es muy significativa, esta terapeuta mostro mucho profesionalismo y precisión tanto en la investigación en el caso como la interacción con los padres del niño; en ningún momento tomo una actitud en la cual se perjudicara la intervención de los otros, como el colegio o los propios padres del niño.
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